En todos nuestros años de trayectoria podemos decir que algunos de nuestros trabajos han sido expuestos de forma más que privilegiada. Nuestros faroles procesionales, o los faroles que decoran las fachadas de algunas de las capillas más emblemáticas de Sevilla son claros ejemplos.
Pero si hablamos de obras de artesanía sevillana que hayan dado la vuelta al mundo, tenemos que recordar nuestros trabajos para Hollywood. Y es que nuestros faroles de forja han sido parte del escenario de grandes producciones de cine como Lawrence de Arabia o, más recientemente, Noche y día.
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El escenario de Lawrence de Arabia
La productora Columbia eligió la ciudad de Sevilla para el rodaje de la mayoría de secuencias de interior. Tras varios meses de
rodaje en el desierto jordano, el equipo al completo se trasladó a Sevilla entre finales de 1961 y principios del 62. Con el Hotel Alfonso XIII como cuartel general, que también sirvió de plató de rodaje, la productora eligió emblemáticos lugares para el rodaje de Lawrence de Arabia. La Casa de Pilatos o la Plaza España son algunos de ellos.
Cientos de sevillanos fueron contratados como extras del que es uno de los relatos épicos con más fama en la historia del cine. Y como los extras, también los faroles que decoraban los escenarios eran sevillanos. Fue la primera inmersión de nuestra firma en la industria cinematográfica. En los años 60 y una de las obras de Hollywood para la historia.
Semana Santa, de Pepe Danquart
La riqueza histórica y cultural de Sevilla ha permitido que la ciudad sea escenario de recreación cinematográfica de enclaves árabes, ciudades rusas, países del sur de América (Cuba, Richard Lester) e incluso plató para obras de ciencia ficción (Episodio II de La guerra de las galaxias).
Pero Sevilla también tiene argumentos suficientes para interpretarse a sí misma. Así, en el año 2000 llega a Sevilla el equipo dirigido por el director alemán Pepe Danquart para el rodaje de Semana Santa, film que vería la luz dos años después. Una coproducción entre España, Alemania, Italia y Francia, protagonizada por Mira Sorvino, Olivier Martínez y Alida Valli. Un thriller con un presupuesto de 1.100 millones que se rodó mayoritariamente entre la capital hispalense y la ciudad de Carmona, y cuya producción recurrió a Salcedo Sevilla para algunas de las obras ornamentales de los decorados.